De reyes destronados y princesas guerreras
Hace unas semanas Claudia tuvo gastroenteritis. Luego se sumó una fiebre alta de 4 días. En palabras de mi madre: "¡Pobrecita, mi niña! No siento que enfermó sino el mimito que le quedó".
No debe de ser fácil para un bebé sentirse enfermo y no ser capaz de expresar qué le pasa, qué le duele y cuándo le duele. Consecuencia de que no sabía exactamente qué le pasaba y de que me daba mucha penita verla malucha, me volqué en ella mucho más de lo habitual y hoy me encuentro ante dos problemas: un padre que se siente desplazado (no por mí, sino por su hija), y una hija que está especialmente reacia al contacto con cualquiera que no sea yo. Resumiendo: mi casa es un castillo con un rey destronado, una princesa guerrera y una reina a la que le faltan recursos de gestión de rabietas.
A Papi le ha costado bastante asimilar que esa es una actitud normal cuando los niños están recuperándose de una enfermedad, por leve que sea. Afortunadamente, Claudia está volviendo a hacerle un poquito de caso y él está más contento. Pero peor que el enmadramiento total y absoluto que vivimos ahora mismo, es el período "perretil" que estamos atravesando. El piojito ya sabe muy bien cómo mostrar su carácter y se ha empeñado en dejarlo clarito, por si quedan dudas. Quizás haya sido por los mimitos extra durante esas semanas, o porque estamos teniendo un anticipo de lo que serán sus "terribles dos años", pero últimamente es muy complicado tratar con ella. Nada de sillita de paseo, nada de sillita de coche, nada de brazos, nada de suelo, nada de nada. Solo lo que quiere y cuando lo quiere. Para conseguirlo, recurre al llanto desconsolado y al pataleo. Manejar esta situación se me está antojando harto complicado, y lo más duro es la sospecha de que la cosa no va a mejorar, al menos no a corto plazo... ¿cómo se le hace entender a un bebé de 16 meses que no puede cruzar la calle si no es en brazos o de manos?, ¿cómo se le hace aceptar que tenemos que sentarla en el coche porque vamos lejos y es imposible llegar andando? Y como en éstas me encuentro, me quedo con la frase de Rosa Jové:
